Me duelen los nudillos de la mano derecha. No sé cuantos puñetazos le dí anoche a la pared del Michael Collins. Me sentía triste, enojado y bastante impotente. Si hubiera estado en el estadio me hubiera sentido igual o peor. Sufrí yo y sufrimos millones como nunca habíamos sufrido. No ví el gol del Chelsea, estaba afuera del bar convenciendo al portero que dejara entrar a una amiga. Sí escuché que algo había pasado y pude darme cuenta, por el montón de caras largas, que la cosa estaba fea. Igual había que meter un gol para pasar. Ese golazo de Essien (Valdés aunque voló e hizo un partidazo no tenía nada que hacer) nos amargó la vida durante noventa y tres minutos a todos los culés. Y el tiempo pasaba y no mirabás por donde podía empatar tu equipo y te desesperabas...
Y llego el medio tiempo...y te preguntabas...¿cómo demonios le metés un gol a este equipo que predica el antifutbol y donde los 11 que defienden, además de que saben jugar, son unos "bichos" más grandes y más fuertes que los magos enanos que juegan en tu equipo? Y que además juegan al pelotazo porque saben que adelante tienen a una bestia aniquiladora que en cualquier momento la baja, le pega un patadón y le desgracia la vida a cualquiera. Y no lo veías claro.
Empieza el segundo tiempo. Y entonces te enojás porque ves que tu equipo quiere jugar FUTBOL y el otro lo que quiere es pasar como sea. Y hasta te ponés supersticioso y vestís a tu amiga, la que vino cuando marcó el otro equipo, con la bufanda del tuyo y a tu único amigo culé de la noche con la camisa del capitán, que aunque no jugaba se podía ver por la tele como sufría desde el palco. Y te ponías a pensar si el otro equipo tenía todo eso merecido o no y sabías que no era así. Y te jodía porque creo que da igual de que equipo seás, si te gusta el futbol sabías que lo que estaba pasando no era justo, pero así es este deporte y por eso es tan lindo. Y no sabés a quien rezarle porque Maradona, Pelé y hasta Di Estefano (que aunque sea madridista seguramente anoche iba con el Barcelona) todavía estan vivos. Y encima te expulsan a un defensa injustamente y aún así ves como esos de azul siguen atrincherados y ni aunque juegan en su estadio y tienen ventaja númerica se animan a atacar (Tanto miedo nos tenían!!!). Ves como hay jugadas dudosas que los hubieran favorecido a ellos y te desesperás más. ¿Y qué hacés? Dejás de razonar (ya no querés además) y empezás a descargar con lo que sea (yo y la pared esa...). Y se cumplen los 90 minutos. Y te jode porque tu equipo no ha pateado a la portería de esa gente en todo el partido y parece que van a pasar. Pero el hombre de la tele no para de recordarte que "con un gol el Barça pasa" y en el fondo lo sabés pero por lo que ves no te lo creés para nada. Pero aún así todavía te queda un poco de esperanza y no te queda otra más que esperar un milagro. De repente le cae la pelota al hormonado, ese que dicen que es el heredero de D10S pero que Ashley Cole se encargó de borrar anoche durante todo el partido, y te ponés a pensar en que va a hacer porque ese es el último cartucho... "¿le pego con la de palo o no le pego, trato de hacerla una gambeta a este grandulón, se la paso al negro otra vez?". En eso levanta la cabeza y ve que por en medio está otro de los enanos, el que lleva el 8, por una vez en la noche está desmarcado, y entonces el 10 se la da y el 8 le pega, y el portero de esa gente se tira pero la pelotita, esa caprichosa número 5, dice que quiere entrar QUE LE TOCA ENTRAR y entra, entra allí dónde las arañas tejen su nido, dónde todos los culés del mundo querían verla desde hacía 93 minutos, para saltar todos juntos de felicidad aunque juntos no estuvieran. Y entonces ves a Guardiola correr como loco como si todavía jugara y olvidarse de que ahora es un Mister y se supone que no tiene que perder la compostura. Y ves a todos sus pupilos seguirlo para abrazarlo porque es el principal culpable de todo esto que ha pasado con este equipo esta temporada. Ves a Iniesta quitarse la camisa y gritar ese gol con rabia y desahogo y todos reventamos de alegría. Ves a tu amigo que te prometió ponerse la camisa de tu equipo si marcaba el enano de Albacete ya vestido de azulgrana! Y abrazás a todo mundo y no te la creés pero acaba de pasar porque así tocaba anoche y aunque hayas sufrido tanto sabés que para esas cosas vivís y por eso a este equipo seguís. Ya la lógica se despidió hace ratos pero la vorágine de emociones sigue, se termina el tiempo, el arbitro dice que se acabó y la sonrisa de tonto que tenés en tu cara no se te puede borrar. Se despide tu amigo que apoya al otro equipo y muy dignamente te felicita. Le agradecés su gesto y él se va y ya podés disfrutar con el resto de tus amigos en paz y sin tener que tratar de ser diplomático (BUAH!!!). Y te empiezan a caer mensajitos en tu móvil de todos lados y no te da pereza responderle a todos porque la razón de esa sonrisa de tonto que tenés en la cara te da la energía para hacerlo.
Y entoncés decidís que aunque mañana trabajás tenés que ir a Las Ramblas, donde el manicomio se acaba de desatar. Y en el camino hacia allá, en el metro, te encontrás a una manada de culés alegres y eso hace que tu sonrisa se agrande más y te ponés a cantar y a saltar con ellos. Después salís del metro y escuchás los pitos de las motos y los carros, ves a toda la multitud que se dirige a Canaletes y a lo lejos ves el fiestón que se esta montando allí. Te encontrás con tu hermano (yo creo que si traigo o los otros tres ganamos tres Champions más!) que es el que ya te ha visto mil veces así de emocionado y entiende más tu grado de locura-cordura. Después te metés en medio de la gente y ves como hay un montón de locos encima de Canaletes y escuchás los petardos como revientan en la calle y ves las bengalas azules y rojas como pueden iluminar las paredes de los edificios y a la gente subida en los arboles ondeando banderas del Barcelona y los pakis vendiendo cervezas (a 1 EURO!!!!) . Todo eso después de haber visto 94 minutos del deporte más hermoso del mundo.
Y finalmente te vas a tu casa... Te vas pensando que esta ciudad hoy late como nunca. Y te detenés a pensar cuanta felicidad hay repartida esta noche por Barcelona ¿y cuántos son de aquí? ¿y cuántos no somos de aquí? Da igual...TANT SE VAL D'ON VENIM!
VIVA INIESTA Y LA MADRE QUE LO PARIO!
