1,2,3...5,6,7

Laurie, Marion y yo hemos decidido tomar clases de salsa y de paso hemos convencido a Felipe y Antonio, que al principio se mostraban bastante escépticos de recibir clases de bailongo, para que también se inicien en las misteriosas artes de esta danza tropical. Para los primeros fue nuestra segunda clase pero para Felipe y Antonio fue la primera, así que los pobres han tenido que espabilarse pronto para poder ponerse al día con el resto de la clase.

Como yo he estado concentrado en mis pies y en no machucar a mi pareja de turno no he podido fijarme mucho en como les estaba yendo pero por lo poco que he visto puedo decir que Antonio tiene mucha pinta de convertirse en el Tony Manero de la salsa barcelonina y Felipe, a pesar de dar esos pasos tan largos que parece como si fuera a cruzar un río, también va por muy buen camino. Las chicas ni que hablar, Laurie y Marion estan condenadas a hechizar al resto de la población masculina que asiste a la clase con sus sonrisitas y movimientos de cadera. Yo la verdad no sé como me veo y prefiero que mis compañeros de bailongo lo comenten (abajo en la sección de "comments" si us plau).

A la clase asisten muchos personajes curiosos. Como por ejemplo un finlandés que estaba más perdido que Adán en el día de la madre y al que Laurie le tuvo que explicar en inglés todo lo que tenía que hacer porque el muchacho no habla español. Hay una señora un poco regordeta y de gafas que me asustó un poco porque se entusiasma mucho cuando estás bailando con ella...También está un tipo que es el terror de las chicas porque según ellas baila muy estresado y les contagia su tensión. Los maestros son la sensación de la clase. No sé si seran las rastas de nuestro teacher pero Marion y Laurie se mueren por bailar con él. ¿Y de la maestra qué decir? ...habría que ver como brillaba el colmillo afilado de Antonio y Felipe cuando la vieron. (Insertar un "Uff" como los de Rafa aquí)

Total, que aunque a Felipe no le termine de convencer la aritmética de este baile porque echa mucho de menos el 4(se cuenta 1,2,3..5,6,7), al Croupié le parezca que estamos haciendo una "Capoeira sin patadas", Laurie todavía no tenga claro cuál es la señal del "Dile que no" y Marion tenga que soportar las jamaqueadas del abuelo de la clase indefinidamente, todavía es bastante dificil predecir en que saldremos convertidos cuando terminemos estas clases. ¿Será que vamos a ser los bailarines definitivos y vamos a incendiar el piso de las discotecas y antros de la capital catalana?

La respuesta en tres meses.